Esta obra totalmente novedosa para Acrisolada fue el primer disco producido por el actual director musical del grupo, Dariel Cordero Gradilla.
Se trata de un tributo a la Virgen María y se inscribe en la línea de los discos de evangelización del grupo, el cual para sus miembros, es una forma de consagrarse ante ella y de ofrecerle su ministerio de música.
Es también un mosaico de sonoridades y estilos musicales diferentes que van desde la bachata, hasta un ritmo de “vals”, pasando por los ya clásicos ritmos cubanos del son, el danzón, el chachachá y otros géneros como la ranchera y el “jazz-blues”; mismos que fueron inculturados en la música popular religiosa.
Que María tenga el vocablo de N.S. del Cobre, de N.S. de Guadalupe, Santa María del Camino o cualquier otro nombre, reconoce en ella como la auténtica Madre del Cielo o una Reina, a quien con este álbum, le ofrecen su vida, su amor y su talento musical para que su presencia irradie a donde quiera que resuene su música.