Quiénes Somos

Estudió en el Conservatorio José White, de la ciudad de Camagüey, Cuba, en donde se graduó en la Especialidad de clarinete.

Se integró a Acrisolada en 2016 como tecladista, arreglista e intérprete de varios instrumentos de viento; y asumiendo, al poco tiempo, la dirección y producción musical del proyecto.

Coincidió por vez primera con el grupo en un encuentro de músicos cristianos realizado en el Santuario del Cobre, en donde bajo el manto de la Virgen conoció a su hoy esposa, la también cantante del grupo, Rosabely Ibarra, con la que forma una hermosa familia junto a su primogénito Lucas, una de las numerosas bendiciones que Dios le ha otorgado.

De familia católica, siempre estuvo ligado al ministerio de la música en la comunidad de su pueblo natal, deseando desde joven servir con su música a la Iglesia, sueño que hoy ve cumplido en el Ministerio de Acrisolada.

Durante 25 años, a la par de su vida profesional, atendió el ministerio de la música en su Iglesia. Ya cansado de andar buscando caminos en la música del mundo, aunque sin desprenderse de su fe, en 2016 fue llamado por el Señor para que trabajara para él de forma total. Hoy es uno de los guitarristas del grupo Acrisolada, del que más que un trabajo, el grupo se convirtió en el proyecto más grande de su vida.

Participó en la 1ra edición del “Festival Paráclito”, resultando ganador del 3er Premio en la Categoría de Composición para la Liturgia, específicamente en la categoría “Ordinarios de Misa”, con su tema “Misa de los Jóvenes¨.

Músico formado en el Conservatorio de la Ciudad de Camagüey, Cuba, donde cursó Estudios de Nivel Elemental y posteriormente se graduó del Nivel Medio Superior en la Especialidad de Percusión.

El Señor tenía planes mayores para él, por lo que lo guió hasta el centro del país no sólo para formar parte de Acrisolada, sino también para conformar y consolidar su propia familia (junto a su esposa, la también integrante del grupo, Carmen Ávila y sus pequeñas Helena y Emma), sumando así motivos por los cuales dar gracias a Dios.

Joven de muchas inquietudes y una gran pasión por la música de la que se valió el Señor para llamarlo a sus caminos, donde espera seguir formándose a nivel personal y profesional en la búsqueda de la verdad.

Su pasión por la música se despertó desde muy temprana edad, de la que buscó superarse de manera autodidacta, acudiendo a distintos centros de superación en Cuba. Tiene una amplia trayectoria en varios grupos de música popular, pero en 2010 sintió un fuerte llamado de Dios que lo llevó a ser parte de Acrisolada desde sus inicios y dentro del mismo proceso, lograr su propia conversión.

El ¨Titi” -como cariñosamente todos le llaman- llegó para quedarse y afirma que tocar para el Señor es lo más grande que le ha pasado en la vida y hoy en día se siente bendecido de integrar esta gran familia que es Acrisolada.

Cuenta con estudios elementales de música en uno de los Centros de Superación para la Cultura del país.

En Acrisolada encontró a Dios y ha tenido un lindo proceso de conversión, del que tras ser uno de los primeros integrantes del grupo y luego de ser parte de él por 5 años, se alejó por un tiempo del proyecto. Pero hoy se siente feliz y sumamente realizado de integrarlo nuevamente en su vida y de poder seguir alabando así al Señor; no sólo con su instrumento, sino también con algunas de las composiciones musicales interpretadas por la agrupación.

Más tarde, Acrisolada le abrió las puertas al amor, pues poco tiempo después de su llegada al grupo, conoció a la joven Lorena del Pilar, y tras 7 años de hermosa relación, fueron bendecidos con el sacramento del matrimonio.

Forma parte de este grupo desde hace 8 años. Sus inquietudes musicales se despertaron desde pequeño, desarrollándose al poco tiempo en diversas cantorías infantiles. Posteriormente cursó Estudios de piano básico en el Conservatorio de la Ciudad de Sancti Spíritus, pero siempre orientó su mirada hacia la guitarra, instrumento del cual se graduó en la Escuela Nacional de Arte de La Habana.

Aunque se desempeña actualmente como el guitarrista del Acrisolada, el grupo ha tenido la dicha de contar con su versatilidad en la interpretación de otros instrumentos según las distintas necesidades, así como en sus numerosas composiciones y arreglos musicales.

Para él ha sido una experiencia maravillosa el hecho de formar parte de este proyecto que pone la música como portadora del mensaje del Señor.

Es el más joven del grupo, sin embargo, se podría decir que es uno de los que más ha seguido de cerca al proyecto desde su surgimiento, pues desde muy pequeño asistía con su madre a la Parroquia cuando sólo existía el coro, las misceláneas y una guitarra; logrando ser testigo de su nacimiento. Por ello, gracias al Señor, fue evidente su inserción al proyecto.

De formación autodidacta; Adrián ha recibido clases de guitarra y percusión con reconocidos profesores, y hoy en día se siente feliz de entregar todo lo aprendido a este Ministerio de alabanza, en el que le atribuye a Dios los dones que le ha otorgado.

Joven bendecida por haber nacido el mismo día en que se celebra a la Virgencita de la Caridad en Cuba. Su pasión por el canto salió a la luz a muy temprana edad, lo que la llevó a participar como intérprete en varios Festivales nacionales e internacionales de música infantil, celebrados en el país.

Músico de formación, Carmen estudió y se graduó de Canto y Teoría de la Música en el Conservatorio de la Ciudad de Sancti Spíritus, Cuba, donde en 2015, se integró a Acrisolada y encontró así el propósito que el Señor le tenía reservado para aportar con su voz, su granito de aren a este gran Ministerio.

Esposa de Arturo Álvarez, el baterista del grupo, ambos padres de dos hermosas pequeñas; Carmen se siente comprometida a guiarlas por los caminos de la fe y mientras el Señor lo permita, entregarse en cuerpo y alma a su llamado.

Desde muy temprana edad tuvo una gran inclinación por el mundo del arte, comenzado a estudiar a la edad de 10 años en la Escuela Vocacional de Música de su Ciudad, en donde terminado el nivel elemental, cursó estudios en la Escuela de Instructores de arte, en la rama de música. Lo que la llevó a ejercer durante 5 años, como profesora en diferentes centros educacionales; llevando a la par su carrera como cantante.

Integra Acrisolada desde finales del año 2014, en donde encontró un verdadero camino de fe y su propia búsqueda espiritual. Actualmente se siente satisfecha y realizada en este Ministerio y espera llevar con su voz el mensaje de la palabra de Dios, pues está segura de que no hay nada más gratificante para ella que estar a su servicio.

Es una de las integrantes más jóvenes de Acrisolada, quien se integró al grupo aún siendo adolescente, pues para la fecha en que el grupo había sido fundado, ella aún no culminaba sus estudios de Nivel Medio en uno de los Conservatorios de música del país. No obstante, esto no impidió que se desempeñara como saxofonista, dándole al grupo un aspecto musical diferent marcado por la presencia del Señor y el amparo de la Virgen.

Esposa de Odilis, bajista del grupo, ambos recibieron en 2017 el sacramento del matrimonio y actualmente reafirma que formar parte de Acrisolada es todo ese sueño de adolescente hecho realidad y una superación en muchos ámbitos de su vida que la hace sentir plena y feliz.

Creció en el seno de una familia católica y desde pequeña apoyaba a su padre en el Ministerio de música de la pequeña Iglesia de su pueblo, cantando y alabando al Señor.

Su amor a Dios y su pasión por el canto eran lo más grande de su vida, pero no sabía cómo unirlos, hasta que en 2013 fue llamada por el Espíritu Santo y por mediación del Padre Jorge, sacerdote argentino, quien le comentó que en un grupo católico buscaban cantante, y desde ese entonces, consagró su vida a Acrisolada.Para ella, el grupo y su familia están entrelazadas y ambas son guiadas por el amor a Dios y en devoción a su Madrecita del Cielo, la Virgen María. Para Rosabely, Acrisolada, más que un trabajo o un grupo musical, es su estilo de vida.

Pasa a formar parte de Acrisolada en el año 2016 como la pianista principal del grupo, razón por la cual se siente profundamente agradecida con el Señor. Su formación musical comenzó desde pequeña en la Escuela Vocacional de Música de la Ciudad de Sancti Spíritus, graduándose años después de la Escuela Nacional de Arte, en la especialidad de Piano. Además, cursó estudios por tres años en el ISA, donde se nutrió de conocimientos en la interpretación de música clásica, aunque ya desde hace algunos años incursiona también en la música popular.

Para ella, este Ministerio significa un reencuentro con el Señor y la dicha de ofrecer a él su trabajo y talento.