Este disco es una selección de las primeras grabaciones caseras de los cantos litúrgicos más bellos que se cantaron en las Iglesias de Cuba. Es también un tesoro de música sacra con un estilo de música popular religiosa según la invitación del Concilio Vaticano II que decía: “Fomenten con empeño el canto religioso popular, de modo que… resuenen las voces de los fieles.” SL. 118.
Cuba recibió esta invitación con fervor y alegría para componer y/o interpretar un repertorio original y de gran valor que permitió a toda la asamblea unir sus voces para cantar y alabar a Dios.
Estos cantos fueron grabados de manera sencilla por el grupo con el único objetivo de hacer un canto participativo en las asambleas de campo a donde no habían coros ni instrumentos.